Esta imagen de la ciudad de Phoenix Arizona, dice más que mil palabras:
La
radiación solar captada por las plantas se convierte de manera natural
en madera, celulosa, azúcares, frutas y combustibles. La teconología
detrás de este proceso es gratuita y es herencia de la Tierra. No
tenemos que inventar nada nuevo. Sólo hace falta observar la naturaleza
y cuidar, engrandecer lo que tenemos.
La
captación de agua se incrementa de manera natural, pues el calor
radiado por un suelo caliente y deforestado, genera corrientes de
convección ascendentes que empujan las nubes hacia arriba, “espantando”
la lluvia.
Por
el contrario, suelos verdes, reducen la temperatura en el suelo y
generan corrientes de convección hacia abajo, lo que aumenta las
probabilidades de lluvia y captación de agua.
Aún en zonas por demás deserticas y secas, existen plantas hechas para soportar carencias de agua muy largas.
Una
vista comparativa de satélite entre zonas muy nobles de México y
estructura del campo Inglés, nos permite comprobar que el secreto está
en la verdadera atención de cada familia sobre una zona de tamaño
razonable.
Está la zona del valle del nevado de Toluca, ampliamente regada por escurrimientos naturales, alrededor de Almoloya de Juarez.
Ambas imágenes están a una misma altura (2 millas por cada pulgada de imagen)
¿Acaso no desperdiciamos tanto talento humano, como suelo y también potencial productivo en ambos?
El
verdor (incluso tipo desértico) es una muestra de que la atención y el
cuidado de cada familia sobre una zona, garantizan calidad de vida y
sustentabilidad. No es un asunto de que todas las familias deban ser
campesinas, sino de tener considerado el “puesto de trabajo” de cuidar
cada fracción del país para asegurar la captación de agua, la producción
de celulosa, frutos y de biodiversidad.
Una zona cualquiera del DF:
Conclusión:
Amontonar gente en ciudades no mejora el nivel de vida, la vista de
Phoenix y el uso del suelo en Gran Bretaña demuestran que las zonas
urbanas pequeñas viven mejor apoyadas por un campo bien atendido
alrededor de ellas.
El
abasto de recursos para la vida: vetetales, fibras textiles, agua,
celulosa, materiales de construcción y las industrias derivadas, se
facilita cuando éstos están alrededor de los centros urbanos y éstos no
depredan sus alrededores, sino que cada zona urbana mantiene un balance
con su entorno e incluso éste produce excedentes exportables a regiones
menos afortunadas.
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